El salario de los jóvenes retrocede en términos reales
La pérdida de poder adquisitivo y la temporalidad frenan su avance laboral.
Aunque el empleo juvenil muestra ciertos signos de recuperación, los salarios de los menores de 30 años siguen estancados o retroceden cuando se ajustan a la inflación.
La combinación de sueldos bajos, contratos temporales y parcialidad involuntaria ha provocado que buena parte de los jóvenes gane hoy menos en términos reales que hace una década.
Los salarios nominales suben menos y rinden peor
Los datos del INE y del Banco de España muestran que los salarios de los jóvenes han crecido mucho menos que los del conjunto de los trabajadores. Además, la inflación de los últimos años ha reducido su poder de compra, situándolos en niveles comparables o inferiores a los de hace diez años.
El ajuste por coste de vida evidencia que, a pesar de subidas puntuales del salario mínimo, muchos jóvenes siguen sin notar mejoras reales en su bolsillo.
Temporalidad y parcialidad: el gran lastre juvenil
La mayoría de los contratos que firman jóvenes menores de 30 años siguen siendo temporales, especialmente en sectores como hostelería, comercio y servicios.
A esto se suma la parcialidad involuntaria, mucho más frecuente entre jóvenes que entre los adultos. Trabajar menos horas de las deseadas implica sueldos mensualmente muy bajos, incluso cuando el salario por hora mejora.
Desajuste entre formación y mercado laboral
La sobrecualificación continúa siendo otro factor clave. Muchos jóvenes desempeñan trabajos que no se corresponden con su formación, lo que reduce sus expectativas salariales y ralentiza su progresión profesional.
Los expertos apuntan a que el mercado laboral español sigue sin absorber adecuadamente a quienes cuentan con estudios superiores, forzando a miles de jóvenes a empleos con baja remuneración.
Consecuencias: emancipación tardía y menor capacidad de ahorro
El Observatorio de Emancipación Juvenil señala que la situación salarial repercute directamente en la autonomía económica:
- La tasa de emancipación se mantiene en mínimos históricos.
- Crece el número de jóvenes que no pueden asumir un alquiler sin dedicar más del 30–40 % de su salario.
- El ahorro es escaso o inexistente para más de la mitad de trabajadores jóvenes.
Estas dificultades tienen efectos en cadena sobre consumo, natalidad y estabilidad financiera.
Debate abierto sobre cómo revertir la tendencia
Sindicatos y organizaciones juveniles reclaman mejoras salariales específicas, más estabilidad contractual y un refuerzo de los contratos formativos de calidad.
Las patronales, por su parte, defienden que la solución pasa por mejorar la productividad y reducir costes estructurales para permitir aumentos salariales sostenibles.
La cuestión vuelve así al centro del debate: cómo impulsar los salarios juveniles en un mercado laboral que avanza, pero no a la misma velocidad para todos.
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