El euro digital avanza frente a Visa y Mastercard.
La iniciativa del BCE busca reforzar la autonomía financiera de la UE frente a los gigantes estadounidenses del pago.
El Banco Central Europeo (BCE) acelera el desarrollo del euro digital, un proyecto que promete transformar el panorama de los pagos en la Unión Europea al ofrecer una alternativa pública y paneuropea a los sistemas dominados por Visa y Mastercard.
Con un lanzamiento previsto para 2026 o 2027 en países pioneros, esta moneda digital de banco central (CBDC) aspira a reducir la dependencia de proveedores.
Un paso hacia la soberanía financiera
El euro digital, en fase avanzada de preparación según anunció la presidenta del BCE, Christine Lagarde, busca contrarrestar la "alarmante" dependencia de Europa de sistemas de pago extranjeros, que procesan el 65% de las transacciones con tarjeta en la eurozona.
Visa y Mastercard, junto con plataformas como Apple Pay y PayPal, dominan el mercado europeo, generando millones en comisiones y exponiendo a la UE a riesgos geopolíticos, como posibles presiones externas que afecten su infraestructura financiera.
El euro digital, respaldado directamente por el BCE, permitirá pagos digitales sin intermediarios comerciales, ofreciendo una alternativa gratuita para uso básico, tanto en tiendas físicas como online, e incluso sin conexión a internet.
Características y beneficios del euro digital
El proyecto contempla que cada ciudadano europeo pueda disponer de hasta 3.000 euros digitales en una cartera digital, accesible mediante aplicaciones móviles o tarjetas físicas.
Este sistema permitirá transacciones transfronterizas instantáneas dentro de la eurozona, funcionando como un "Bizum europeo" pero con mayor versatilidad, ya que no dependerá de bancos comerciales ni de redes como Visa o Mastercard.
Además, el BCE garantiza la privacidad de las operaciones y la seguridad de las transacciones, reduciendo los riesgos asociados a stablecoins o depósitos tokenizados. Para los comercios, el euro digital promete menores comisiones y un acceso más amplio al mercado europeo, fomentando la competencia y la inclusión financiera.
Resistencia y críticas al proyecto
A pesar de su potencial, el euro digital enfrenta reticencias. Los bancos comerciales temen una desintermediación financiera, ya que los ciudadanos podrían preferir el euro digital, respaldado por el BCE, frente a depósitos bancarios tradicionales.
Asimismo, algunos sectores, como reflejan opiniones en redes sociales, ven en el euro digital un riesgo de mayor control financiero por parte de las autoridades, aunque el BCE insiste en que la privacidad será una prioridad.
Por otro lado, la banca europea, que depende en gran medida de Visa y Mastercard, cuestiona la viabilidad de competir con redes globales ya establecidas, dado el alto coste de desarrollar una nueva infraestructura.
Contexto y esfuerzos complementarios
El euro digital no es el único intento de Europa por reducir la hegemonía de Visa y Mastercard. La Iniciativa Europea de Pagos (EPI) lanzó en 2024 Wero, un sistema de pagos instantáneos de cuenta a cuenta que ya opera en Alemania y Bélgica, con planes de expansión en 2025.
Sin embargo, Wero, siendo una iniciativa privada, no reemplaza la propuesta pública del euro digital, que busca actuar como dinero público digital equivalente al efectivo.
Además, la UE ha adoptado regulaciones para promover pagos instantáneos en euros las 24 horas, un paso más para fortalecer la autonomía financiera del bloque.
Perspectivas y desafíos futuros
El BCE prevé finalizar la fase preparatoria del euro digital en octubre de 2025, pendiente de la aprobación legislativa en el Parlamento Europeo.
Si bien el proyecto promete fortalecer el papel internacional del euro y reducir las comisiones abusivas de los gigantes estadounidenses, su éxito dependerá de la adopción masiva por parte de consumidores y comercios, así como de la capacidad de superar las barreras técnicas y políticas.
Expertos advierten que la competencia con Visa y Mastercard, con sus redes globales y robustas, será ardua, pero la combinación del euro digital con iniciativas como Wero podría diversificar el ecosistema de pagos europeo, beneficiando a los consumidores y reforzando la independencia financiera de la UE.
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