El estatuto del becario: un paso hacia el fin del “trabajo low cost”
Más derechos y protección para los estudiantes en prácticas.
El nuevo estatuto del becario busca regular las prácticas académicas en empresas y administraciones, garantizando formación real, supervisión adecuada y, cuando corresponda, compensación económica mínima.
La normativa pretende frenar la explotación laboral encubierta y mejorar la experiencia profesional de los jóvenes que se incorporan al mercado laboral a través de programas de prácticas.
Principales novedades del estatuto.
Derechos y obligaciones
- Remuneración mínima: cuando la práctica implique tareas productivas, los becarios deberán recibir al menos una compensación económica mínima.
- Horas máximas: se establece un límite semanal de jornada para evitar sobrecarga laboral.
- Supervisión y tutoría: los estudiantes deberán contar con un tutor responsable que asegure que las actividades sean formativas.
- Reconocimiento académico: las prácticas deben estar vinculadas a objetivos educativos claros, evitando trabajos meramente productivos.
Obligaciones de las empresas
- Adaptar los programas de prácticas a la nueva normativa.
- Garantizar que los becarios no sustituyan a empleados contratados ni realicen tareas de explotación.
- Documentar el plan formativo y el seguimiento de cada estudiante.
Impacto esperado en el mercado laboral
Fin de los “trabajadores low cost”
El estatuto busca poner fin a la utilización de becarios como mano de obra barata. Expertos y sindicatos destacan que esto generará:
- Mayor profesionalización de las prácticas.
- Mejores condiciones económicas y laborales para estudiantes.
- Reducción de prácticas abusivas o no formativas.
Retos para empresas y administraciones
- Costes adicionales por la remuneración y adaptación de programas.
- Necesidad de diseñar planes de formación claros y supervisados.
- Ajustes en la cultura corporativa para priorizar la experiencia educativa sobre la productividad inmediata.
Perspectiva de estudiantes y sindicatos
- Asociaciones estudiantiles consideran que la medida “dignifica las prácticas” y reduce la precariedad laboral encubierta.
- Desde los sindicatos se advierte que la clave será la fiscalización y la aplicación efectiva de la normativa, evitando que se convierta en un marco teórico sin cumplimiento real.
Conclusión
El estatuto del becario marca un cambio importante en la relación entre empresas y estudiantes en prácticas.
Al garantizar derechos básicos, supervisión y compensación económica cuando corresponda, la norma pretende transformar las prácticas académicas en una experiencia formativa real, reduciendo la explotación laboral y sentando las bases de una transición más justa hacia el mundo profesional.
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