Casi la mitad de los jóvenes ha trabajado sin contrato
La economía sumergida agrava la precariedad juvenil.

Cerca de uno de cada dos jóvenes en España ha desempeñado algún empleo sin contrato, según el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE).
Esta situación refleja la persistencia del trabajo informal y su impacto en la estabilidad y los derechos laborales de las nuevas generaciones.
1. Una práctica extendida
Los datos del CJE evidencian que el trabajo sin contrato sigue siendo una realidad habitual entre la población joven de entre 16 y 29 años.
Esta práctica, considerada economía sumergida, priva a los trabajadores de derechos fundamentales como cotizar a la Seguridad Social o acceder a prestaciones por desempleo y protección sanitaria.
2. Consecuencias para su futuro laboral
Trabajar sin contrato supone quedar fuera del sistema de protección social y afecta directamente a la trayectoria profesional:
- No se generan cotizaciones, lo que repercute en futuras pensiones y prestaciones.
- Se carece de cobertura ante accidentes de trabajo o enfermedades profesionales.
- Se consolidan trayectorias laborales precarias que dificultan la emancipación y el acceso a una vivienda.
3. Causas de la informalidad
La falta de oportunidades laborales estables y la presión económica empujan a muchos jóvenes a aceptar trabajos sin contrato. Sectores como la hostelería, el comercio y determinados empleos estacionales presentan una alta incidencia de esta práctica.
A ello se suman las conductas fraudulentas de algunas empresas que buscan reducir costes laborales y eludir responsabilidades fiscales.
4. Medidas de control y prevención
El Ministerio de Trabajo y Economía Social ha intensificado las campañas de inspección en sectores con elevado riesgo de empleo informal.
Además, se ha reforzado el canal de denuncias anónimas ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, que permite a los afectados comunicar irregularidades de forma telemática.
También se están desarrollando programas de formación para informar a la juventud sobre sus derechos laborales y las vías legales para hacerlos valer.
Conclusión
La elevada presencia de empleo sin contrato entre los jóvenes revela un problema estructural que deteriora la calidad del mercado laboral.
Abordar esta situación exige una respuesta coordinada entre administraciones, empresas y agentes sociales, reforzando el control institucional y fomentando una cultura de respeto a los derechos laborales desde el inicio de la vida profesional.